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Turf festejó los 20 años de Siempre Libre en Niceto

El sábado 18 la banda liderada por Joaquín Levinton celebró los 20 años de su disco de culto en un Niceto colmado.

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Fotos: Malu Campello

Antes de hablar del recital, que fue increíble, primero hay que hacer un poco de historia.

En 1997 sale “Una Pila De Vida”, el disco debut de La banda de Joaquín Levinton (voz y guitarra), Leandro Lopatín (guitarra), Carlos “Tody” Tapia (bajo), Fernando Caloia (batería) y Nicolás “Ríspico” Ottavianelli (teclados). De manera meteórica se transforman en estrellas. El disco fue un éxito, contó con la participación y el apoyo de Charly García y vendió más de 40.000 copias. Cuando estaban en la cresta de la ola y a punto de encarar un segundo disco, la compañía que los editaba cambió de presidente, los echaron y quedaron a la deriva. Se fueron a Valeria del Mar y allí empezaron a surgir las canciones, sin saber cuándo las editarían ni cómo. Las nuevas composiciones tenían más psicodelia, rock progresivo y un acercamiento al sonido de bandas como The Stone Roses o Primal Scream. Con la libertad y el amor como conceptos principales, “Siempre libre” resultó el disco más volado y experimental de la banda. Uno de los que trabajaron a full para que el disco sea lo que es fue su productor, Coti Sorokin, quien recién comenzaba en el arte de producir canciones de otros artistas. Finalmente fue editado por Musimundo. Hoy es considerado el “disco de culto” de la banda. 20 años después es momento de celebrarlo.

21:45. Comienzan a escucharse sonidos sintetizados de aves, que remiten al paisaje de la tapa del disco, al igual que la escenografía, con vegetación tupida, ramas de sauces, etc. Comenzaron con “Siempre Libre”, la canción que da nombre al disco. Y de ahí en más lo tocaron completo y respetando el orden original de los temas. Arranque explosivo, con todos coreando a pleno. Joaquín es un gran frontman, arengador como pocos y con un gran manejo del público. “Me Hace Sentir” inauguró el baile y subió la temperatura del lugar. La fiesta ya había comenzado! “El Jugador”, un potente rock inspirado en la novela de Dostoyevski, empezó con Lea Lopatín haciéndose cargo de la voz y Levinton se unió en el primer estribillo. “Bienvenidos al show” tiró Joaquín y se escucharon los primeros acordes de “Aterrizar”, con su sonido brit pop tan característico. La epicidad se hizo presente con “Valle De La Luna” que, al igual que en el disco, funcionó como intro de “Esa Luz”, una de las grandes canciones de Siempre Libre, cantada esta vez por Coti, mientras Joaquín se encargó de la guitarra acústica. “Me remonta a la niñez. Dónde está lo qué soñé?” Y la respuesta está precisamente ahí, delante de ellos, en un Niceto colmado cantando cada frase como si fuera la última. Potente, elegante y emotiva versión. “Coti fue el que hizo posible este disco. Nos habían echado de todos lados”, dijo Joaquín y contó cómo se conocieron con el productor, quien se quedó para cantar “Piolines” a dúo con el líder de Turf, con un fragmento de “Desconfío”, de Pappo, en el medio.

La lista avanzaba y el baile se reavivó con el groove manchesteriano de “Más Loca Que Yo” para luego dar lugar a la veta más Primal Scream con “Fuera Del Mundo”. Sería el turno de otro invitado, Ezequiel Levinton, hermano de Joaquín, subió para cantar en “Miniturismo”, canción que contó también con el sitar de Brian Agustín Figueroa. “Valeria del Mal” impregnó el aire con su atmósfera tan relajada como densa y el final, al igual que en el disco, fue con “Siempre Libre II”, con Coti nuevamente en el escenario. “Esto fue Siempre Libre. 20 años. Lo hemos tocado por primera vez entero. Ahora nos vamos y volvemos con otro Turf”, dijo Joaquín antes de pedir que el telón se cierre para esperar el segundo acto.

Volvieron al escenario con “Panorama”, temazo de su primer disco. La gente lo empezó a corear tan fuerte que Joaquín decidió parar la banda. Quedó el público cantando hasta que los músicos retomaron al llegar al segundo estribillo. La energía era desbordante y absolutamente positiva. Para confirmar que la segunda parte del show venía de clásicos y temas nuevos tocaron “Disconocidos”, de su último trabajo. La fiesta no paraba de crecer. Y fue el turno de Vicentico, quien se sumó junto a su hijo Florian en guitarra, para hacer “Cuatro Personalidades”. Desquiciada versión. “Qué lindo tocarla de vuelta” dijo Levinton con una sonrisa justo antes de “Magia Blanca”. Y los hits no paraban de venir uno tras otro. Como “Pasos Al Costado”, donde la energía desbordaba y la gente se volvía loca cantando como si de eso dependiera seguir con vida. Si hasta ahí creíamos que todo estaba muy arriba, “Loco Un Poco” fue directamente una bomba atómica. Durante la canción Joaquín trepó al balcón izquierdo (visto desde el escenario) y terminó cantando entre la gente.

Al finalizar el tema se dio cuenta que al lado estaban su papá y su mamá a quienes abrazó y luego del saludo empezó a arengar al público. Pidió que se abra un círculo en el medio, para estallar después en un pogo tremendo. Y desde arriba cantó “No tengo tiempo para saber si hay un amor ideal…”, la gente lo siguió, la banda voló pelucas y “Yo No Me Casaría, Y Ud?” cerró la noche con lluvia de papelitos, pogo, baile y gargantas al límite. Para el saludo final Levinton llamó al escenario a todas las personas involucradas en el armado de este show y dijo bromeando y agradeciendo “Somos más que Los Decadentes! Gracias a todos ustedes por compartir este momento que es histórico para nosotros”. Dicho lo cual dejaron el escenario, cansados pero felices. Habían dado todo y lo sabían. Su público también.

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