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The Kooks en el Personal Fest 2016: el corte inglés

Con un Luke Pritchard encantador, The Kooks brilló en la antesala del cierre del Personal Fest 2016.

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A 10 años de la explosión del indie rock en el Reino Unido las bandas sobrevivientes tienen una misión doble: persistir en el tiempo y desmarcarse del resto. Ya no sirve estar en la misma bolsa ni intentar seguir exprimiendo las viejas cosechas, es obligatorio mantenerse en forma y encarar el camino más autónomo posible. Y nunca parar.
Pero con un cantante como Luke Pritchard al frente no es tan difícil encontrar la vía adecuada. Los años le dieron un mejor manejo de la voz y unos cuantos litros de sex appeal, y al igual que en el sideshow que dieron en Niceto Club el viernes pasado, los gritos de las chicas sirvieron de termómetro en un concierto sin exabruptos de The Kooks, que sirvió como cierre del Escenario Huawei en la última jornada del Personal Fest.
El termómetro explotó cuando Pritchard, luego de una seguidilla de varios sus clásicos (“Eddie’s Gun”,  “See the World”, “Ooh La”, entre otros), mandó a la banda a descansar, se colgó la primera de varias guitarras acústicas que utilizaría a lo largo del concierto y, luego de saludar al público general –y al VIP- , balbuceó algunas parte de “Rosie” y encantó a la audiencia con una “Seaside” de taquito.

Fotos: Christian Pettinicchio

Los treintañeros The Kooks entendieron cuál es su público y cuál su sonido, y con el carismático Pritchard al frente lograron que la combinación sea digna de grandes eventos. Vienen de tocar en festivales europeos como el Metronome de República Checa, el Low Cost de España y el Crammerock de Bélgica, y luego de la doble jornada en Buenos Aires volarán a Brasil para dar un show en San Paulo y otro en Río de Janeiro.
La lista del show en el Personal Fest fue la misma que hicieron en Niceto Club. Un repaso por toda su discografía dividido en tres partes fáciles de reconocer: un principio ligado a los primeros hits, un desarrollo nutrido de canciones del celebradísimo Konk (“See The Sun”, “Tick of Time”, “Sway”), y un cierre infalible: primero las radiales “Forgive & Forget” y “Junk Of The Heart (Happy)” (sí, la de la publicidad), y luego “Naive”, su piedra fundacional.
The Kooks se transformó en el show de Pritchard y sus amigos, y el intercambio permanente con el público durante los casi 90 minutos de concierto, coronó una velada de alto vuelo para los de Brighton. Aunque hace más de dos años que no sacan nuevo material, las giras y la sucesión de conciertos importantes moldearon un producto original y sólido. Su nombre ya suena por sí solo y adquiere cada vez más peso. Y lo más importante: ya saben lo que hay que hacer arriba de un escenario.
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