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Entre Ríos: «La cultura rock se pasó del lado del entretenimiento»

En un día de lluvia los integrantes de Entre Rios caminan apurados para no mojarse. Acaban de terminar la prueba de sonido en un MALBA muy concurrido. Lolo vuelve hacia la plaza y Sebastián se queda para contar a Ultrabrit el presente de la banda.

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En un día de lluvia los integrantes de Entre Rios caminan apurados para no mojarse. Acaban de terminar la prueba de sonido en un MALBA muy concurrido. Lolo vuelve hacia la plaza y Sebastián se queda para contar a Ultrabrit el presente de la banda.
Sebastián Carreras, fundador de Entre Ríos es, tal vez, una de los personajes más lúcidos de la escena local para conversar sobre el mix de música y tecnología. Entre Ríos presenta la instalación audiovisual SIN en el marco del 16 aniversario del MALBA y esta es una ocasión propicia para encontrarnos con él. Con poco preámbulo, define con claridad el espacio en el que se ubica la banda en el contexto contemporáneo:
Lo que veo es que hoy el valor agregado de hacer algo artístico está ausente. No es algo que se aprecie, toda la cultura del rock se tiró completamente para el lado del entretenimiento. Queda fuera cualquier otra cosa que tenga una inquietud artística. No está mal. No estoy juzgando.
¿Cómo se armó la instalación SIN? ¿Cómo desarrollaron este trabajo en el marco de la carrera de Entre Ríos?
Tomamos toda la información digital de la que disponemos. Trabajamos con archivos de información musical e información de imagen de modo análogo, con esos dos materiales construimos el formato de instalación, lo que intentamos hacer es transmitir un mensaje artístico similar al que transmitíamos cuando el grupo empezó en el año 2000.
¿Por qué lo comparás con esa instancia?
Porque entonces hicimos lo mismo, apareció la forma de trabajar el sonido de alta definición a través de lo digital. Con una computadora en tu casa, con un par de programas, vos podías hacer música. Hasta ese momento no era posible porque la única forma de obtener un trabajo de calidad profesional era ir a un estudio de grabación y un estudio de grabación es caro, para hacer eso necesitás estar dentro de una industria. Lo que hizo esta democratización del audio es que cualquier chico en su casa pudiera hacer una música de buena calidad, de ahísurge la pregunta: bueno, si yo puedo hacer esto solo, ¿para qué necesito esa industria? Puedo tener un master sin necesidad de que nadie lo pague. Entonces, si no necesito alguien que me lo pague, puedo hacer lo que quiero. Eso generó todo un cuestionamiento artístico que empezó a partir del 2000 y cuando aparece la posibilidad de traficar música en las redes, también aparece la posibilidad de bajar música y empieza a haber un conflicto en la industria, la industria empieza a ver algo que se le va de las manos porque uno puede tener música gratis.
-¿Qué cambios detectaste en la música a partir de ese momento?
La música se hizo de derecha, se fue todo a la industria del entretenimiento, por eso hoy cualquier cosa interesante que pasa en la cultura del rock está en los festivales. Los festivales son como un parque de diversiones, creo que al Lollapalooza lo único que le falta es una montaña rusa. No me parece mal porque vas y te divertís y la pasás bien, te distraes. El tema es que para cualquier músico, para cualquier persona que trabajó dentro de la tradición del rock y esté en un momento en el que hacer algo que genere rupturas, hoy no hay lugar para eso.
Cuando empecé a tener inquietudes artísticas fue dentro de la cultura del rock. Yo tenía 13, 14 años y escuchaba The Cure. Veías a Robert Smith y decías: Wow, esta gente, de qué planeta viene, yo quiero hacer algo así, quiero formar parte de algo que sea diferente. Creo que hoy, como la cultura rock se pasó del lado del entretenimiento mucha gente como yo, gente más vinculada a las artes plásticas, a lo visual, descubre que esas inquietudes necesitan otras formas para desarrollarse.
Tu concepto de impresionismo digital ¿Remite a lo pictórico o a la furia creativa de Debussy?
Estos momentos, están marcados por la posibilidad de intercambiar archivos digitales, en diversos formatos, para diversos usos, gracias a internet. Hace unos diez años que tenemos estos aparatos, (señala su smartphone) y recibimos todo por ahí. Es lo que estamos viviendo. Pero creo que ahora empiezan a aparecer estos huecos donde decís: vivimos así, dentro del flujo digital pero: ¿en qué momento me puedo conmover dentro de toda esta maraña de información? ¿En qué momento me puedo conectar con algo espiritual? Porque esto es lo que sucede con el arte.
Yo creo que para disfrutar de lo digital tenemos que encontrar la interfaz. Así como para ver un cuadro la interfaz son los ojos, la vista. Fijate estos teléfonos, son táctiles, los escuchás, los ves y obtenés un montón de información. Ese es el momento en el que estamos todos ahora. Enfatiza para que no olvidemos.
-¿Cómo se sobrevive en el flujo digital?
Me pasó la semana pasada, el algoritmo te sigue y te recomienda cosas. Escucho música, el algoritmo es inteligente, te está escaneando todo el tiempo, te está definiendo y te está brindando información sobre aquello que vos tenés que ser o hacer.
Spotify me recomienda nuevas ediciones, cinco discos el mismo día de bandas que escuché, que me gustan, que quiero escuchar. Pero no voy a tener tiempo para escuchar esos cinco discos porque la semana que viene van a salir otros cinco. Entonces, qué pasa con eso. A la hora de hacer música yo también me lo planteo, ¿voy a poner otro disco más ahí para que otra persona a la que le gusten otros cinco artistas aparte de mí reciba el mismo día la misma información y no pueda asimilarla? Instala el tema en la discusión.
-¿Cómo se inserta SIN en esa marea de data digital?
La instalación dispone un lugar donde vos podés tener una experiencia artística dentro de un timing posible. Esta instalación tiene una duración aproximada de experiencia entre 15 y 20 minutos como máximo. Es el tiempo que vos podés estar mirando un cuadro que te súper conmueve. No mucho tiempo más. Vos hacés una captura y eso después te tiene que provocar algo.
Antes existía la experiencia de escuchar un disco setecientas veces pero ya no. Ponele que decís: escucho este disco cien veces, y lo hacés desde el teléfono que te está notificando cosas y querés saber qué hablan de vos en las redes. Hay un montón de situaciones por las que eso ya no es posible. Creo que esto de las instalaciones tiene que ver con aplicar toda esa carga emotiva que uno podía poner en esa experiencia de repetición constante en otro contexto donde sea posible vivenciarlo. 
¿No te parece que a veces a los espectadores se nos expone a mucho contenido pero terminamos quedando afuera? Me da esa sensación cuando veo espectáculos con elementos digitales.
Leí sobre eso, se llama espectacularización.  En la instalación lo que quisimos hacer es jugar en contra de eso, tenemos un montón de proyectores, un montón de sonido, software y demás pero lo que estamos haciendo es tratar de sustraernos de esa trampa fácil. Los espectadores lo van a ver y van a decidir si se logra o no.
Podés abusar de ese recurso y podés espectacularizar pero perdés la capacidad emotiva. Tenés que encontrar un equilibrio, administrar la cantidad de información que estás brindando en pos de quien la recibe.
El proceso este, como lleva tantos años, ya tampoco te sorprende. Antes los vj te ponían una pantalla y te tiraban de todo, pero ya está, todo tiene su momento en que es novedad, después te acostumbrás y después ya te hartás.
¿Por qué la poesía de Entre Ríos puede funcionar como guion de esta mecánica narrativa?
Cualquier grupo podría trabajar con este formato, uno de danza, de teatro, un director de cine. Entre Ríos puede hacer esto. No sé si Tan Biónica lo puede hacer, en el sentido de que te tiene que acompañar una lírica, te tiene que acompañar una carrera, te tiene que acompañar una forma de interpretar las cosas. Incluso si Babasónicos lo hiciese, sería distinto.
Lo que puede hacer Entre Ríos desde el lugar en que está es proponer algo y que ese algo sea más importante que el grupo pero que el grupo, de alguna forma, lo esté garantizando, de alguna manera artística, a nivel conceptual. Entre Ríos mantuvo un concepto desde que empezó y esto es parte de ese concepto. Cuando empezamos en el año 2000 usamos las nuevas disponibilidades para tratar de hacer algo diferente y ahora estamos haciendo lo mismo.
¿Y todo el montaje, todo el trabajo, cómo se concilia con el carácter efímero de las instalaciones?
Lo efímero también hace que sea más importante. Cuando vos tenías un disco, un objeto, era algo permanente. Yo tenía una colección enorme de discos hasta que decidí deshacerme de ellos y despuésvinieron los dvds. Sigo viendo películas en dvd pero porque estoy encaprichado, podría no hacerlo, tambiénme quedan los libros. Podría vivir en un monoambiente sin nada sin libros, sin discos, está todo acá, (señala de nuevo el smartphone),eso también es algo efímero porque, ¿qué pasa si se te cae al agua? Por unas horas no vas a tener absolutamente nada.
Refiere una anécdota: A mí me pasó, este año fuimos a tocar a Madrid, a una feria de arte, hicimos otra instalación y tenía que ir a una cena e iba con el gps del celular. En un momento se me murió, quedó sin batería y me quedé en medio de Madrid, en una noche de invierno, tampoco sabía la dirección porque estaba dentro del teléfono y pensaba: qué frágiles nos volvimos.
Creo que es un sentimiento colectivo…
El contenido, al ser digital también está dentro de ese universo de discos rígidos y cosas que no tienen valor en absoluto, el único valor es cuando hacés que todo eso funcione en tiempo y espacio, que el espectador venga en un momento y vea eso que sucede pero claro, también es efímero, no es un templo romano que vas y está todavía ahí.
Sebastián completa la idea, la acota: No se busca hacer un cuestionamiento de lo que sucede sino, con lo que sucede tratar de seguir generando hechos artísticos, tampoco es distópico. Se puede decir: vivimos en un mundo de mierda, está todo mal, ya no sentimos, ya no queremos, ya no nos vinculamos. Pero no, yo estoy diciendo: vivimos en un mundo de mierda con miles de artefactos pero podemos intentar seguir vinculándonos, emocionándonos y conmoviéndonos.
La instalación SIN está disponible hasta este viernes a las 22hs en el MALBA de manera gratuita. Para más información entérate acá  http://www.malba.org.ar/evento/entre-rios-sin/
Foto: Martín Yapur
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